lunes, 16 de enero de 2023

SI REALMENTE QUISIERA......



SI REALMENTE QUISIERA......
Si realmente quisiera...Pediría perdón a todos los que he ofendido para vivir en paz conmigo mismo.

Si realmente quisiera...Sería un Católico más preparado de mí mismo a mis hermanos.

Si realmente quisiera...Tomaría la vida y cada día como un gran privilegio y regalo de Dios, donándome con amor.

Si realmente quisiera...sería la brújula de mis hermanos, siendo luz de quien emana Luz.

Si realmente quisiera...dejaría vivir a cristo en mí, no pidiéndole ser santo, sino santificándome en el servicio y entrega a mis hermanos
Si realmente quisiera... Sólo si realmente quisiera, ....

Van Drag


 EL VALOR DE LA VIDA ESPIRITUAL.

A un maestro en oración le preguntaron por qué se necesitaba orar.

El maestro respondió: para poder apreciar las cosas que sólo se ven con los ojos del corazón. Las estrellas no se ven durante el día, pero eso no significa que no existan. En la leche hay mantequilla, pero ¿cómo adivinarlo sólo con verla? Para obtener mantequilla hay que batir la leche en un lugar fresco. Así, para llegar a la visión de Dios, hay que practicar las disciplinas mentales; para poder verle no basta con desearlo. A Dios sólo se llega cuando le preparamos el camino para que Él se manifieste. La realidad transparenta al Señor pero hay que estar despiertos y preparados para contemplar su presencia.


CORRECCIÓN FRATERNA NO ES JUZGAR.

SABRÁS LA DIFERENCIA?

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Amén. El término amén, lejos de corresponder siempre exactamente a la traducción actual de “Así sea ¡” que expresa un mero deseo, pero no una certeza, significa, ante todo: Ciertamente, verdaderamente, seguramente o sencillamente: Sí. En efecto, este adverbio deriva de una raíz hebraica que implica firmeza, solidez, seguridad (cfr. Fe). Decir amén es proclamar que se tiene por verdadero lo que se acaba de decir, con miras a ratificar una proposición o a unirse a una plegaria. 1. Compromiso y aclamación. El amén que confirma un dicho puede tener un sentido débil, como cuando decimos “Sea” (Jer 28,6). Pero las más de las veces es una palabra que compromete: con ella muestra uno su conformidad con alguien (1Re 1,36) o acepta una misión (Jer 11,5), asume la responsabilidad de un juramento y del juicio de Dios que le va a seguir (Núm. 5,22). Todavía más solemne es el compromiso colectivo asumido en el momento de la renovación litúrgica de la alianza (Dt 27,15-26; Neh 5,13). En la liturgia puede este término adquirir también otro valor; si uno se compromete frente a Dios, es que tiene confianza en su palabra y se remite a su poder y a su bondad; esta adhesión total es al mismo tiempo “bendición de aquel al que uno se somete (Neh 8,6); es una oración segura de ser escuchada (Tob 8,8; Jdt 15,10). El amén es entonces una aclamación litúrgica, y y en este concepto tiene su puesto después de las doxologías (1 Cr 16,36); en el NT tiene con frecuencia este sentido (Rom 1,25; Gal 1,5;2 Pe 3,18; Heb 13,21). Siendo una aclamación por la que la asamblea se une al que ora en su nombre, el amén supone que para adherirse a las palabras oídas se comprende su sentido (1 Cor 14,16). Finalmente, el amén, como adhesión y aclamación, concluye los cánticos de los elegidos, en la liturgia del cielo (Ap 5,14; 19,4), donde se une al aleluya.

CUANDO UNA PERSONA SE HA IDO. VÍSPERAS DE TODOS LOS SANTOS. NO LLORES SI ME AMAS. No llores si me amas... Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo... Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos... si por un instante pudieras contemplar como yo la belleza ante la cual las bellezas palidecen... Créeme. Cuando llegue el día que Dios ha fijado y conoce, y tu alma venga a este cielo en el que te ha precedido la mía... ese día volverás a verme. sentirás que te sigo amando, que te amé, y encontrarás mi corazón con todas sus ternuras purificadas. volverás a verme en transfiguración, en éxtasis feliz. Ya no esperando la muerte, sino avanzando contigo, que te llevaré de la mano por los senderos nuevos de luz y de vida. Enjuga tu llanto y no llores si me amas. (San Agustín)

LA FELICIDAD DE JESÚS. José Antonio Pagola

NUESTRA CULTURA PROMOCIONA ASPECTOS QUE PERJUDICAN LA SALUD .   SER EL PRIMERO EN TODO? El espíritu competitivo provoca mucho daño en todos ...