INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA.
TEMA DOS.
EXPLICACIÓN TEOLÓGICA DEL DOGMA
Lo que significa este dogma es exactamente lo siguiente: que la Virgen
María, desde el momento que fue concebida ella, es decir, que las dos células
que formaron su ser, la del papá y la de la mamá, se unieron en una sola en el
útero de su madre, fue preservada de toda mancha de pecado original. Además
implica que ella permaneció sin pecado durante toda su vida, lo cual los
ortodoxos llaman la panagia, la toda santa.
Esta definición dogmática tiene entonces dos aspectos fundamentales, uno
que es de contraste; la Virgen María no tuvo pecado y el otro es de afirmación;
la Virgen María por lo tanto estuvo llena de la gracia de Dios y siempre
mantuvo esa gracia.
En la visión ortodoxa, de las iglesias orientales, se enfatiza más sobre
el segundo aspecto, el de la gracia; en la visión occidental, católica, se
resalta la ausencia del pecado original. La visión protestante es más negativa
aún y ellos no aceptan este dogma, en realidad no definen si la virgen tuvo
pecado, pero tienen tendencia a minimizar a la Virgen María y por lo tanto a
considerarla en todo igual a los demás.
La Iglesia siempre ha considerado algo especial en la Virgen, y por eso
el culto de veneración que se hace a los santos (dulía) en el caso de la Virgen
se llama hiperdulía, porque es un culto especial. En el rito ortodoxo, que
prácticamente mantiene las mismas creencias que los católicos, se nombra a la
Virgen a lo largo de toda la liturgia, a cada momento que se hace una oración;
en la Iglesia católica se nombra varias veces durante la misa, como en el “yo
confieso”, cuando dice “y por eso ruego a María Siempre Virgen”; también se nombra
en la plegaria eucarística cuando se hace memoria de los santos, y en el credo
se nombra siempre a la Virgen.
Lo especial que tiene María respecto a los demás cristianos es, además
de ser la madre del Mesías y Señor, el hecho de nunca haber tenido mancha de
pecado. Este estado de gracia que nunca perdió María le hace estar en una
posición especialísima respecto al resto de la humanidad. Cuando Eva cayó en
pecado por escuchar la serpiente, entró el pecado en el mundo; todos los seres
humanos están afectados por ese pecado de los primeros padres; de alguna manera
quedan manchados desde el momento de ser concebidos, no significa que tengan
culpa del pecado cometido por sus antepasados pero sin embargo por solidaridad
humana, por pertenencia a la familia humana, son afectados por ese pecado,
quedan manchados. El Bautismo limpia del pecado a quien lo recibe, y al mismo tiempo
le da la gracia de Dios. Se puede decir que María recibió lo que se recibe en
el bautismo, desde el mismo instante de su concepción; por eso ella fue
preservada de la mancha del pecado original que había permitido entrar Eva.
María en este sentido es la nueva madre de los que viven por Cristo; la Nueva
Eva; pero esta madre es de la nueva creación; aquella que va a estar libre del
yugo del pecado.
LA INMACULADA
CONCEPCIÓN OBRA DE LA SS. TRINIDAD..
La Concepción
Inmaculada de María es obra de la Trinidad Santa.
“La Concepción
Inmaculada de María es obra de toda la Trinidad Santa. Ante el extravío de los
hombres, alejados de Dios por el pecado, en la plenitud de los tiempos, el Hijo
unigénito de Dios se ofrece al Padre para venir al mundo y llevar a cabo la
obra saludable de nuestra salvación. Dios Padre prepara una madre para su Hijo,
que se encarna por obra del Espíritu Santo para nuestra salvación. Y elige una
madre santa, pura y limpia, no manchada por el pecado original e inmune de
pecados personales.
La Concepción
Inmaculada de María deriva de su maternidad divina. Por ser Dios, Jesús pudo
dibujar el retrato físico y espiritual de su madre y, en consecuencia, pudo
hacerla santa, hermosa y “llena de gracia” (Lc 1,18). Este privilegio singular
es el primer fruto de su muerte redentora. Mientras los demás hombres y mujeres
somos limpiados del pecado original en el bautismo por el misterio pascual de
Cristo muerto y resucitado, María es preservada del pecado aplicándosele
anticipadamente los méritos de su sacrificio redentor. Por ello, posee la
plenitud de gracia y no hay en ella el menor atisbo de pecados personales. Aquí
se fundamentan los demás privilegios marianos, entre ellos su Asunción en
cuerpo y alma a los cielos
Respuesta a los argumentos contra la Inmaculada Concepción de María.
1- Argumento: La
Inmaculada Concepción contradice la enseñanza de San Pablo: "todos han
pecado y están lejos de la presencia salvadora de Dios" (Romanos 3:23).
Respuesta católica: Si
fuéramos a tomar las palabras de San Pablo "todos han pecado" en un
sentido literal absoluto, Jesús también quedaría incluido entre los pecadores.
Sabemos que esta no es la intención de S. Pablo ya que después menciona que
Jesús "no conoció pecado" (2Cor 5,21; Cf. Hebreos 4:15; 1 Pedro
2:22).
El dogma de la
Inmaculada Concepción de María no contradice la enseñanza Paulina en Rm 3:23
sobre la realidad pecadora de la humanidad en general, la cual estaba encerrada
en el pecado y lejos de Dios hasta la venida del Salvador. San Pablo enseña que
Cristo nos libera del pecado y nos une a Dios (Cf. Efesios 2:5). Esta es la
enseñanza del Catecismo de la Iglesia católica, el pecado original «afecta a la
naturaleza humana», que se encuentra así «en un estado caído». Por eso, el
pecado se transmite «por propagación a toda la humanidad, es decir, por la
transmisión de una naturaleza humana privada de la santidad y de la justicia
originales». Pero Jesús tiene la potestad para preservar a su Madre del pecado
aplicando a ella los méritos de su redención.
San Pablo declara que,
como consecuencia de la culpa de Adán, «todos pecaron» y que «el delito de uno
solo atrajo sobre todos los hombres la condenación» (Rom 5,12.18). El
paralelismo entre Adán y Cristo se completa con el de Eva y María: La mujer
tuvo un papel importante en la caída y lo tiene también en la redención.
San Ireneo, Padre de la
Iglesia del siglo II, presenta a María como la nueva Eva que, con su fe y su
obediencia, contrapesa la incredulidad y la desobediencia de Eva. Ese papel en
la economía de la salvación exige la ausencia de pecado. Era conveniente que,
al igual que Cristo, nuevo Adán, también María, nueva Eva, no conociera el pecado
y fuera así más apta para cooperar en la redención.
El pecado que mancha a
toda la humanidad no puede entrar en el Redentor y su colaboradora. Con una
diferencia sustancial: Cristo es totalmente santo en virtud de la gracia que en
su humanidad brota de la persona divina; y María es totalmente santa en virtud
de la gracia recibida por los méritos del Salvador. Entonces, lo que Pablo
declara en forma general para toda la humanidad no incluye a Jesús y a María.
2- Argumento: Según
algunos, María reconoce que ella era pecadora y que necesitó ser rescatada por
la gracia de Dios (Lucas 1: 28, 47).
Respuesta católica: Que
María se declarara pecadora es falso. Que ella se declarara salvada por Dios es
cierto. En Lc 1:48 ella reconoce que fue salvada. ¿De qué? Del dominio del
pecado, por gracia de Dios. Pero para eso no tuvo que llegar a pecar. Dios la
salvó preservándola del pecado.
El dogma de la
Inmaculada Concepción de María no niega que ella fue salvada por Jesús. En
María las gracias de Cristo se aplicaron ya desde el momento de su concepción.
El hecho de que Jesús no hubiese aún nacido no presenta obstáculo pues las
gracias de Jesús no tienen barreras de tiempo y se aplicaron anticipadamente en
su Madre. Para Dios nada es imposible.
¿Cómo sabemos que La
Virgen María fue concebida sin pecado? La fe católica reconoce que la
revelación Bíblica necesita ser interpretada a la luz de la Tradición recibida
de los Apóstoles y según el desarrollo dogmático que, por el Espíritu Santo, ha
ocurrido en la Iglesia. De esta manera lo que esta ya en la Biblia en forma de
semilla se llega a entender cada vez mejor.
INMACULADA (resolviendo el problema teológico).
En el siglo IX se
introdujo en Occidente la fiesta de la Concepción de María, primero en Nápoles
y luego en Inglaterra.
Hacia el año 1128, un
monje de Canterbury llamado Eadmero escribe el primer tratado sobre la
Inmaculada Concepción donde rechaza la objeción de San Agustín contra el
privilegio de la Inmaculada Concepción, fundada en la doctrina de la
transmisión del pecado original en la generación humana.
La castaña, escribe
Eadmero, «es concebida, alimentada y formada bajo las espinas, pero que a pesar
de eso queda al resguardo de sus pinchazos». Incluso bajo las espinas de una
generación que de por sí debería transmitir el pecado original, María
permaneció libre de toda mancha, por voluntad explícita Los grandes teólogos
del siglo XIII presentaban las mismas dificultades de San Agustín: la redención
obrada por Cristo no sería universal si la condición de pecado no fuese común a
todos los seres humanos. Si María no hubiera contraído la culpa original, no
hubiera podido ser rescatada. En efecto, la redención consiste en librar a
quien se encuentra en estado de pecado.
El franciscano Juan
Duns Escoto, al principio del siglo XIV, inspirado en algunos teólogos del
siglo XII y por el mismo San Francisco (siglo XIII, devoto de la Inmaculada),
brindó la clave para superar las objeciones contra la doctrina de la Inmaculada
Concepción de María. El sostuvo que Cristo, el mediador perfecto, realizó
precisamente en María el acto de mediación más excelso: Cristo la redimió
preservándola del pecado original. Se trata una redención aún más admirable: No
por liberación del pecado, sino por preservación del pecado.
Escoto preparó el
camino para la definición dogmática. Dicen que su inspiración le vino al pasar
por frente de una estatua de la Virgen y decirle: "Dignare me laudare te:
Virgo Sacrata" (Oh Virgen sacrosanta dadme las palabras propias para
hablar bien de Ti).
1. ¿A Dios le convenía
que su Madre naciera sin mancha del pecado original? - Sí, a Dios le convenía
que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.
2. ¿Dios podía hacer
que su Madre naciera sin mancha de pecado original? -
Sí, Dios lo puede todo,
y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.
3. ¿Lo que a Dios le
conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? Todos respondieron: Lo que a Dios le
conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.
Entonces Scotto
exclamó: Luego
1. Para Dios era mejor
que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.
2. Dios podía hacer que
su Madre naciera Inmaculada: sin mancha
3. Por lo tanto: Dios
hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe
que algo es mejor hacerlo, lo hace.
Méritos: María es libre
de pecado por los méritos de Cristo Salvador. Es por El que ella es preservada
del pecado. Ella, por ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecado,
necesitaba salvación, que solo viene de Cristo. Pero Ella singularmente recibe
por adelantado los méritos salvíficos de Cristo. La causa de este don: El poder
y omnipotencia de Dios.
Razón: La maternidad
divina. Dios quiso prepararse un lugar puro donde su hijo se encarnara.
Frutos:
1-María fue inmune de
los movimientos de la concupiscencia. Concupiscencia: los deseos irregulares
del apetito sensitivo que se dirigen al mal.
2-María estuvo inmune
de todo pecado personal durante el tiempo de su vida. Esta es la grandeza de
María, que siendo libre, nunca ofendió a Dios, nunca optó por nada que la
manchara o que le hiciera perder la gracia que había recibido.
El dogma de la
Inmaculada Concepción de María no ofusca, sino que más bien pone mejor de
relieve los efectos de la gracia redentora de Cristo en la naturaleza humana.
Todas las virtudes y las gracias de María Santísima las recibe de Su Hijo. La
Madre de Cristo debía ser perfectamente santa desde su concepción. Ella desde
el principio recibió la gracia y la fuerza para evitar el influjo del pecado y
responder con todo su ser a la voluntad de Dios. A María, primera redimida por Cristo,
que tuvo el privilegio de no quedar sometida ni siquiera por un instante al
poder del mal y del pecado, miran los cristianos como al modelo perfecto y a la
imagen de la santidad que están llamados a alcanzar, con la ayuda de la gracia
del Señor, en su vida.
En torno a las ideas de
Escoto se suscitó una gran controversia. Después de que el Papa Sixto IV
aprobara, en 1477, la misa de la Concepción, esa doctrina fue cada vez más
aceptada en las escuelas teológicas.
INMACULADA CONCEPCIÓN.
Fundamento Bíblico
La Biblia no menciona
explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como tampoco menciona
explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los Apóstoles.
La palabra "Trinidad", por ejemplo, no aparece en la Biblia. Pero la
Inmaculada Concepción se deduce de la Biblia cuando ésta se interpreta
correctamente a la luz de la Tradición Apostólica.
El primer pasaje que
contiene la promesa de la redención (Génesis 3:15) menciona a la Madre del
Redentor. Es el llamado Proto-evangelium, donde Dios declara la enemistad entre
la serpiente y la Mujer. Cristo, la semilla de la mujer (María) aplastará la
cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la gracia santificante que el
hombre había perdido por el pecado. Solo el hecho de que María se mantuvo en
estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad entre ella y la
serpiente. El Proto-evangelium, por lo tanto, contiene una promesa directa de
que vendrá un redentor. Junto a El se manifestará su obra maestra: La
preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.
En Lucas 1:28 el ángel
Gabriel enviado por Dios le dice a la Santísima Virgen María «Alégrate, llena
de gracia, el Señor está contigo.». Las palabras en español "Llena de
gracia" no hace justicia al texto griego original que es
"kecharitomene" y significa una singular abundancia de gracia, un
estado sobrenatural del alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no
"prueba" la Inmaculada Concepción de María ciertamente lo sugiere.
PARA ESTE 8 DE
DICIEMBRE.
INMACULADA CONCEPCIÓN.
Concepción: Es el
momento en el cual Dios crea el alma y la infunde en la materia orgánica
procedente de los padres. La concepción es el momento en que comienza la vida
humana.
Cuando hablamos del
dogma de la Inmaculada Concepción no nos referimos a la concepción de Jesús
quién, claro está, también fue concebido sin pecado. El dogma declara que María
quedó preservada de toda carencia de gracia santificante desde que fue concebida
en el vientre de su madre Santa Ana. Es decir María es la "llena de
gracia" desde su concepción.
La Encíclica "Fulgens corona", publicada por el Papa Pío XII en 1953 para conmemorar el centenario de la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, argumenta así: «Si en un momento determinado la Santísima Virgen María hubiera quedado privada de la gracia divina, por haber sido contaminada en su concepción por la mancha hereditaria del pecado, entre ella y la serpiente no habría ya -al menos durante ese periodo de tiempo, por más breve que fuera- la enemistad eterna de la que se habla desde la tradición primitiva hasta la solemne definición de la Inmaculada Concepción, sino más bien cierta servidumbre»
UN LLAMADO PARA NOSOTROS.
La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María tiene un llamado para nosotros:
1-Nos llama a la purificación. Ser puros para que Jesús resida en nosotros.
2-Nos llama a la consagración al Corazón Inmaculado de María, lugar seguro para alcanzar conocimiento perfecto de Cristo y camino seguro para ser llenos del Espíritu Santo.
"Con la Inmaculada Concepción de María comenzó la gran obra de la Redención, que tuvo lugar con la sangre preciosa de Cristo. En Él toda persona está llamada a realizarse en plenitud hasta la perfección de la santidad" Juan Pablo II, 5-XII-2003.
No hay comentarios:
Publicar un comentario