MANUAL DEL MONAGUILLO.
RESPONDER.
No solo ayudas en Misa, sino que participas en Misa. Por eso debes de
responder, de decir todas las partes que le corresponden a los fieles. Para eso
tienes que aprenderte la respuesta que toca en cada momento. Seguro ya te las
sabes después de tantos años acompañando a tus papás. Si no, leyendo un
misalito seguro que te las aprendes rápido.
LA MISA DE LA FORMA
EXTRAORDINARIA O TRADICIONAL Y LAS MONAGUILLAS.
MANUAL DEL MONAGUILLO.
AYUDAR AL SACERDOTE A REVESTIRSE.
Cuando todo esté listo, estarás en la sacristía esperando al
sacerdote. Debes de guardar silencio. Aunque haya otros monaguillos, no debes
de estar platicando con ellos.
Cuando llegue el sacerdote, te saludará. Luego, puede
lavarse las manos. Tú lo observas en silencio, porque está rezando para
prepararse para la Misa. Tú también puedes rezar algo en esos momentos.
Después, el sacerdote se revestirá con los ornamentos.
Algunos sacerdotes pueden usar el amito, que lo tomarán y se
lo pondrán en el cuello antes que los demás ornamentos.
El sacerdote se pondrá el alba. Mientras se la coloca, tú
tomas el cíngulo. El cíngulo es un cordón muy largo y en sus puntas hay unas
borlas. Hay que doblarlo a la mitad. Así, de un lado quedarán las dos borlas y
del otro lado estará el doblez. Ya doblado, tú lo tomas por el centro con las
dos manos: el lado del doblez en la izquierda y el lado de las borlas en la derecha.
Cuando lo tengas así, se lo pasas al sacerdote por la espalda, a la altura de
la cintura.
El tomará los dos lados y se lo amarrará.
Luego, el sacerdote se pone la estola y, finalmente, la
casulla.
VISTA.
No debes de estar
viendo a los asistentes a la Misa. Tienes que mirar la acción que se esté
llevando a cabo. Por ejemplo, mientras se lee el Evangelio, tienes que ver el
ambón. Y durante la Plegaria Eucarística debes mirar hacia el altar.
SOSTENER EL MISAL.
Si en tu iglesia no una
base o atril para sostener el Misal, quizá el sacerdote te pida que le ayudes a
sostenerlo. Lo sostienes con las dos manos y lo recargas el centro en tu pecho.
Si aún eres muy bajito, puedes recargar el centro del Misal en tu frente. Si sostienes
el Misal, no haces otra cosa con las manos, como santiguarte o golpearte el
pecho.
AYUDAR A
ENCENDER LAS VELAS.
Poco antes
de que inicie la Misa, puedes ayudar a encender las velas. Primero enciendes
las que estén del lado derecho del altar y luego las que estén del lado izquierdo.
Si hay muchas y están en fila sobre el altar, primeo enciendes la que esté más
al centro del lado derecho, y luego las demás de ese lado. Después, enciendes la
que esté más al centro del lado izquierdo, y luego el resto.
FORMA
DE TENER LAS MANOS.
Siempre
que estés parado o arrodillado, debes de tener las dos manos juntas.
La forma de juntar las manos es la siguiente: unes las yemas de todos los dedos de la mano derecha con las yemas de la mano izquierda. Juntas los dedos y las palmas. Luego, pones el pulgar izquierdo sobre la mano derecha, y después el pulgar derecho encima del derecho. Después, pegas las manos al pecho. Cuando lleves un objeto en ambas manos, no debes de juntarlas. Debes de llevar ese objeto de la forma más segura posible.
Cuando lleves un objeto
sólo en una mano, lo portarás en la mano derecha. Y la mano izquierda la
colocas extendida sobre tu pecho.
Cuando estés sentado,
colocas las manos sobre las rodillas.
¿POR QUÉ UNA GRAN CRUZ SE LLEVA EN PROCESIÓN ANTES DE LA MISA?
A veces antes de celebrar la Eucaristía, los sacerdotes entran en procesión desde la entrada de la iglesia, precedidos de una gran cruz cargada por un monaguillo.
Levada en alto durante ceremonias religiosas, sobre todo al comienzo de la misa, la cruz de procesión, delante del sacerdote, indica a todos los presentes que es Cristo quien abre el camino.
Cristo se representa además siempre en esta cruz porque Él está a la cabeza de su pueblo. Como el buen pastor, orienta el sentido de la marcha.
Esta famosa cruz, muy alta para que sea visible por todos, es portada por una persona a la que se llama cruciferario, crucífero o crucero.
Cuando el número de monaguillos lo permite, viene precedida del incensario, llevado en este caso por el turiferario para purificar la iglesia.
Los ceroferarios, que llevan cirios encendidos, acompañan la cruz para mostrar a la asamblea que Cristo es la luz del mundo.
A la llegada al altar, la cruz procesional se coloca en su lugar correspondiente, en el tripié, en el coro, previsto para tal efecto.
Tras la celebración, durante la procesión de salida, la cruz se coloca siempre en primer lugar porque ya no es necesario purificar la iglesia.
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