EL ARTE CRISTIANO




REZANDO CON LOS ICONOS.

 

Así como la lectura de los libros materiales permite la comprensión de la palabra viva del Señor, del mismo modo el icono permite acceder, a través de la vista, a los misterios de la salvación". (Juan Pablo II, Duodecimum saeculum).

1.-Introducción

Abordamos en estas páginas dedicadas a la iconografía específica de la Madre de Dios -distinguida de la que recoge los múltiples aspectos de su vida, que se contemplan en el conjunto de las que pueden consultarse en “Las fiestas marianas”-, sabiendo que ello es una tarea imposible, porque los misterios de la Salvación son un trasunto del inabarcable amor divino. Pero es la sensibilidad del pueblo cristiano y la entrañable relación que le liga hacia la Madre de Cristo, dada como madre a todos nosotros por su mismo Hijo, quien ha creado una interminable relación de cercanía, de amparo, de amor hacia María. Ésta, además, ha multiplicado tanto sus intervenciones milagrosas hacia las comunidades, ciudades y naciones o, simplemente, hacia cristianos individuales, que se han vuelto hacia ella en situaciones de temor o angustia, de dolores y guerras, de enfermedades o catástrofes, que no hay pueblo que no conozca en su historia la decisiva intervención de María. Es la memoria colectiva de todas estas intervenciones la que da razón del porqué de esta inabarcable muestra de devoción mariana que reflejan los iconos de la Madre de Dios.

2. La historia

"El ángel, entrando en su presencia, dijo:

"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo"

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo:

"No temas María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús".

María dijo al ángel:

"¿Cómo será eso, pues no conozco varón?".

El Ángel le contestó:

"El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios".

María contestó:

"He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra".

(Confr. Lc 1, 28-38)

Desde los primeros tiempos el pueblo cristiano ha considerado que este "hágase" de la Virgen puso en marcha de manera irrevocable el plan divino de salvación y, por ello, ha visto a María como la "zarza ardiente que no se consume", como el arca de la "nueva Alianza", etc.

Su "hágase" es, también, su aceptación a ser esposa del Espíritu Santo, madre de Jesús. Esta condición de "theotokos" (útero de Dios) la hace verdaderamente madre de la segunda persona de la Santísima Trinidad, cuando ésta se hace hombre sin perder su condición divina y, de ahí, el rosario de prerrogativas que hacen su humanidad verdaderamente excepcional. hasta el punto de que fue la primera salvada por Jesucristo en la admirable anticipación con que el Padre le aplicó la Gracia obtenida por su hijo.

 

CONTINUARÁ......

Este Icono fue escrito en la Abadía Benedictina de San Julio.

Sabes cómo se llama?





 ICONOGRAFÍA DE LA VIRGEN EN EL ARTE BIZANTINO.

 

Se ha dicho que la civilización de Bizancio estuvo al servicio de María, pues ocupó la devoción mariana un lugar preferente en la fe y en la piedad del pueblo bizantino griego, que luego heredó el ruso. La Virgen fue la figura más representada por los iconógrafos desde el siglo V al XVII. Sobre todo a raíz del Concilio de Éfeso, del 431. Suele aparecer hierática y majestuosa, con la cabeza cubierta de un velo o manto, llamado maphorion. Generalmente la Virgen presenta al Niño en su brazo, y éste tiene rasgos de adulto

Las características específicas del icono mariano están en relación con el lugar donde fue hallado o donde se venera o del tema que representa, ya sea evangélico o referido a una festividad. Son tantas las advocaciones marianas en oriente que superan a las de occidente. En cuanto a su tipología Ernst Ros estableció varios grupos:

 

• Theotocos

• Eleoúsa

• Odhigitría

• Platytera, Madre de Dios del Signo u Orante

 

Theotokos (en griego: Θεοτόκος; en latín: Deipara o Dei genetrix) es una palabra griega que significa Madre de Dios (literalmente, 'la que dio a luz a Dios'). Su equivalente en español, vía latín, es Deípara. Es el título que la Iglesia cristiana temprana le dio a María en el Concilio de Éfeso de 431 en referencia a su maternidad divina.

Theotókos es también un tipo iconográfico de la Virgen en el arte bizantino, en el que aparece sentada en un trono con el Niño Jesús en su regazo, mirando ambos al frente. En este modelo iconográfico se basa otro característico del arte románico: la Maiestas Mariae (majestad de María o suprema alteza –en los cielos).

 

La Theotokos presenta asimismo en el manto el adorno de tres estrellas, una en cada hombro y otra en el centro de su frente, para enfatizar su virginidad perpetua (y probablemente emblema de la Santísima Trinidad), indicando que María se mantuvo antes, durante y después del parto virgen.

 

Eleusa, en griego, Ἐλεούσα, "ternura" es un tipo de icono donde se muestra la estrecha relación que existe entre Jesús y la virgen María y el fuerte vínculo que los une como madre e hijo. La función de esta composición es mostrarles a los fieles que María se presenta también como Madre de todos los cristianos. Su orígen está en el mundo copto. Se la conoce también con el nombre de Glycofilusa.

En este icono la Theotokos sostiene al niño, que toca su cara la suya y envuelve por lo menos un brazo alrededor de su cuello u hombro. La Theotokos representa la iglesia de Cristo, de tal modo exhibiendo la plenitud del amor entre el dios y el hombre, un amor que se pueda alcanzar solamente dentro del pecho de la Iglesia, la madre.

 

La palabra griega Odighitria significa: la que muestra el camino. Es una de las tres principales formas de representar a la Virgen María en la iconografía de la Iglesia Ortodoxa (las otras dos son el ícono de la Ternura de la Madre de Dios y el ícono de la Intercesión de la Madre de Dios). En este icono se representa a María sosteniendo al niño Jesús en sus brazos y señalándolo para indicarle a los fieles que la Verdad se encuentra en Él. El niño sostiene en su mano un pergamino que indica las Sagradas Escrituras, específicamente, el evangelio de Juan, donde se menciona la frase "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Juan 14:6-14).

Los colores, poseen un significado profundamente teológico. La composición de la Odhigitria por lo general muestra a María envuelta en un manto -clámide- de color purpura rojizo, este color se identifica con la realeza. Mientras el niño Jesús viste los colores blanco y naranja o solamente naranja. El blanco es símbolo de la pureza y simboliza la luz de la Transfiguración. El naranja representa la Verdad, el fuego del Espíritu Santo.

El nombre de Platytera procede del griego y debe recordar que la Virgen está hecha "más allá del cielo”. En este tema, la Virgen está pintada de frente en una actitud majestuosa y seria, si bien su mirada pasa más allá del espectador. Su hijo está sentado sobre su regazo, con las manos levantadas en señal de bendición. La expresión de su cara tiene muy poco de infantil y así presagia que seguirá el Salvador. Las tres letras del nimbo significan "El que es", o "Yo soy el que soy", como dijo Cristo.

La nomenclatura usual IC XC representa las iniciales y las finales de la palabra griega que significa Jesucristo, mientras que las letras MP OY definen a la Madre de Dios (Mater Theoi). En el seno de este grupo de la Platytera está la "Virgen del Signo" (znamienie), que es muy parecida y sumamente popular entre los rusos. En este último motiva, la madre tiene las dos manos en un gesto de plegaria; el niño este pintado en un escúdete redondo, sobre el mismo seno de su madre, durante el alumbramiento.

Platytera quiere decir: "La señal". Este icono ortodoxo tiene como características presentar a la virgen María en actitud orante. En su pecho lleva un medallón y en su interior se encuentra el niño Jesús. A este icono también se le ha interpretado como el de "La Virgen Sagrario". El desarrollo de esta iconografía se base en la profecía de Isaías. Es común ver a María de pie o sentada en un trono.




EL PRIMER ARTE CRISTIANO: SÍMBOLOS E ICONOS.

El simbolismo cristiano connvierte objetos o acciones con un significado interior que expresa las ideas cristianas. El cristianismo ha tomado de las acciones comunes de los símbolos importantes que se sabe han sido utilizados en otras épocas y en todas las regiones del mundo. El simbolismo religioso es eficaz cuando se hace un llamamiento tanto al intelecto y las emociones. La elección adecuada de los actos y objetos para el simbolismo es bastante estrecho que no sería fácil de evitar la aparición de una imitación de otras tradiciones, incluso si hubiera habido un intento deliberado de inventar rituales totalmente nuevo.

Hay símbolos que fueron ampliamente utilizados por la Iglesia primitva, y que podríamos llamar simbolos elementales. El agua tiene un significado simbólico específico para los cristianos. Fuera del bautismo, el agua puede representar la limpieza o pureza. Fuego, especialmente en forma de llama de una vela, representa tanto el Espíritu Santo y la luz. Las fuentes de estos símbolos se derivan de la Biblia, por ejemplo, de las lenguas de fuego que simboliza el Espíritu Santo en Pentecostés, y la descripción de Jesús de sus seguidores como la luz del mundo, o Dios es fuego consumidor se encuentra en Hebreos 12.

*El crismón es un símbolo que contiene las dos primeras letras de la palabra "Cristo" en griego (Cristov"). También puede tener las letras griegas Alfa y Omega relacionadas con la siguiente frase tomada del Apocalipsis (22,13) y referida al Señor: "Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin".

EL PEZ, LA PALOMA Y LA CRUZ

Entre los símbolos empleados por los primeros cristianos, los peces parecen tener el primer lugar en importancia.  En efecto, a partir de fuentes monumentales, como las tumbas sabemos que el pez simbólico era familiar para los cristianos desde los primeros tiempos. Se puede observar en tales monumentos romanos como la Capella Greca y las Capillas Sacramento de la catacumba de San Calixto. El pez fue descrito como un símbolo cristiano en las primeras décadas del siglo segundo. El símbolo en sí mismo puede haber sido sugerida por la milagrosa multiplicación de los panes y los peces o la comida de los siete discípulos, después de la Resurrección, en la orilla del mar de Galilea. Su popularidad entre los cristianos se debió principalmente, al parecer, al famoso acróstico compuesto por las letras iniciales de cinco palabras griegas que forman la palabra de los peces (Ichthys), que las palabras, breve pero claramente descritos el carácter de Cristo y la reivindicación de la adoración de los creyentes:. Iesous Christos Theou Yios Soter, es decir, Jesucristo, el Hijo de Dios, Salvador.

*La palabra "pez" en griego antiguo se escribía ICQUC y cada inicial se correspondía con el siguiente significado: jIhsou'" (Jesús), Cristov" (Cristo); Qeou' (de Dios); UiJov" (hijo); Cwthvr (Salvador).

Cristianos desde el principio adornaban sus catacumbas con pinturas de Cristo, de los santos, escenas de los grupos bíblicos y alegóricos. Las catacumbas son la cuna de todo el arte cristiano. Los primeros cristianos aceptaron el arte de su tiempo y lo utilizó, así como una comunidad pobre y perseguida podía, para expresar sus ideas religiosas.Desde la segunda mitad del siglo primero de la época de Constantino el Grande, enterraban a sus muertos y celebran sus ritos en las cámaras subterráneas. Las tumbas cristianas fueron decorados con pavos reales indiferentes o simbólicos diseños de palmas, con el Chi-Rho monograma, con bajorrelieves de Cristo como el Buen Pastor, o sentado entre las figuras de los santos, y, a veces con escenas elaboradas a partir del Nuevo Testamento. Otros símbolos cristianos incluyen la paloma -símbolo del Espíritu Santo-, el cordero del sacrificio (símbolo del sacrificio de Cristo), la vid -que simboliza la conexión necesaria del cristiano con Cristo- y muchos otros. Otras decoraciones que eran comunes incluyen guirnaldas, cintas, estrellas de paisajes, que tenían un significado simbólico, también.

*Chi Rho con una corona que simboliza la victoria de la Resurrección, por encima de los soldados romanos, ca. 350.

*El Buen Pastor recuerda a la parábola de la oveja perdida (Lc 15, 3-7) o a las palabras de Jesús que se identifica como Buen Pastor (Jn 10, 1-16). El símbolo representa a Jesús como Salvador siendo la oveja el alma salvada por Él. Es la imagen que más aparece en las catacumbas, en los sarcófagos y en las inscripciones sepulcrales.

La cruz, que es hoy uno de los símbolos más reconocidos en el mundo, se utilizó como un símbolo de los primeros tiempos, por lo menos desde el siglo II. Esto se indica en los argumentos anti-cristiana citados en el Octavio de Minucio Félix, los capítulos IX y XXIX, escrito a finales de ese siglo o principios del siguiente, y por el hecho de que a principios de los del siglo tercero de la cruz se había vuelto tan estrechamente asociado con Cristo, que Clemente de Alejandría , que murió entre 211 y 216, podría, sin temor a equívoco el uso de la frase τὸ κυριακὸν σημεῖον (el Señor de signos) en el sentido de la cruz, cuando repitió la idea, actual tan pronto como la Epístola de Bernabé , que el número 318 (en numerales griegos , ΤΙΗ) en Génesis 14:14 fue una sombra (un "tipo") de la cruz (T, una en posición vertical con travesaño, de pie por 300) y de Jesús (ΙΗ, las dos primeras letras de su nombre ΙΗΣΟΥΣ, de pie en 18), y su contemporáneo Tertuliano podría designar el cuerpo de los creyentes cristianos como crucis religiosi, es decir, "devotos de la cruz". En su De Corona libro, escrito en 204, Tertuliano dice la forma en que ya era una tradición para los cristianos de rastrear varias veces en la frente la señal de la cruz.

La evolución del crismón, de izquierda a derecha podemos ver: 1º) el símbolo egipcio de la vida eterna; 2º) el símbolo anterior con el bucle cerrado; 3º) convertido en la letra griega "ro" (P), a la que se le ha añadido las letras Alfa y Omega; 4º) el conjunto anterior con la letra griega "ji" (X); y 5º) una “S” latina que puede ser la serpiente trepadora del símbolo del caduceo

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Amén. El término amén, lejos de corresponder siempre exactamente a la traducción actual de “Así sea ¡” que expresa un mero deseo, pero no una certeza, significa, ante todo: Ciertamente, verdaderamente, seguramente o sencillamente: Sí. En efecto, este adverbio deriva de una raíz hebraica que implica firmeza, solidez, seguridad (cfr. Fe). Decir amén es proclamar que se tiene por verdadero lo que se acaba de decir, con miras a ratificar una proposición o a unirse a una plegaria. 1. Compromiso y aclamación. El amén que confirma un dicho puede tener un sentido débil, como cuando decimos “Sea” (Jer 28,6). Pero las más de las veces es una palabra que compromete: con ella muestra uno su conformidad con alguien (1Re 1,36) o acepta una misión (Jer 11,5), asume la responsabilidad de un juramento y del juicio de Dios que le va a seguir (Núm. 5,22). Todavía más solemne es el compromiso colectivo asumido en el momento de la renovación litúrgica de la alianza (Dt 27,15-26; Neh 5,13). En la liturgia puede este término adquirir también otro valor; si uno se compromete frente a Dios, es que tiene confianza en su palabra y se remite a su poder y a su bondad; esta adhesión total es al mismo tiempo “bendición de aquel al que uno se somete (Neh 8,6); es una oración segura de ser escuchada (Tob 8,8; Jdt 15,10). El amén es entonces una aclamación litúrgica, y y en este concepto tiene su puesto después de las doxologías (1 Cr 16,36); en el NT tiene con frecuencia este sentido (Rom 1,25; Gal 1,5;2 Pe 3,18; Heb 13,21). Siendo una aclamación por la que la asamblea se une al que ora en su nombre, el amén supone que para adherirse a las palabras oídas se comprende su sentido (1 Cor 14,16). Finalmente, el amén, como adhesión y aclamación, concluye los cánticos de los elegidos, en la liturgia del cielo (Ap 5,14; 19,4), donde se une al aleluya.

CUANDO UNA PERSONA SE HA IDO. VÍSPERAS DE TODOS LOS SANTOS. NO LLORES SI ME AMAS. No llores si me amas... Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo... Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos... si por un instante pudieras contemplar como yo la belleza ante la cual las bellezas palidecen... Créeme. Cuando llegue el día que Dios ha fijado y conoce, y tu alma venga a este cielo en el que te ha precedido la mía... ese día volverás a verme. sentirás que te sigo amando, que te amé, y encontrarás mi corazón con todas sus ternuras purificadas. volverás a verme en transfiguración, en éxtasis feliz. Ya no esperando la muerte, sino avanzando contigo, que te llevaré de la mano por los senderos nuevos de luz y de vida. Enjuga tu llanto y no llores si me amas. (San Agustín)

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