Sagrada Congregación
para la disciplina de los sacramentos
«INSTRUCCIÓN INMENSAE
CARITATIS» PARA FACILITAR LA COMUNIÓN SACRAMENTAL EN ALGUNAS CIRCUNSTANCIAS.
MINISTROS
EXTRAORDINARIOS DE LA SAGRADA COMUNIÓN.
Las circunstancias en
que puede ser insuficiente el número de ministros ordinarios para administrar
la sagrada Comunión son varias:
— Durante la
celebración de la Misa, cuando es muy grande la asistencia de fieles, o el
celebrante se encuentra impedido por alguna dificultad especial.
— Fuera de la Misa,
cuando las distancias hacen difícil llevar las sagradas especies obre todo en
forma de viático, a los enfermos en peligro de muerte, y también cuando es tan
grande el número de enfermos, sobre todo en hospitales o instituciones
similares, que hacen falta bastantes ministros para la distribución de la
Comunión.
Por tanto, para que no
queden sin la ayuda y el consuelo de este Sacramento, los fieles que, en estado
de gracia y con recta y piadosa intención, desean tomar parte en el banquete
eucarístico, el Sumo Pontífice ha considerado oportuno instituir ministros
extraordinarios, que puedan administrar la sagrada Comunión tanto a sí mismos
como a los demás fieles, con las siguientes condiciones precisas:
I. Los ordinarios del
lugar tienen facultad para permitir a personas idóneas, elegidas
individualmente como ministros extraordinarios, en casos concretos o también
por un período de tiempo determinado, o en caso de necesidad, de modo
permanente, que se administren a sí mismas el pan eucarístico, lo distribuyan a
los demás fieles y lo lleven a los enfermos en sus casas. Esto se permite
cuando:
a) Falten el sacerdote,
el diácono o el acólito.
b) Los mismos se hallen
impedidos para distribuir la sagrada Comunión a causa de otro ministerio
pastoral, por enfermedad o por motivo de su edad avanzada.
c) El número de fieles
que desean acercarse a la sagrada Comunión sea tan grande que se prolongaría
demasiado la duración de la Misa o la distribución de la Comunión fuera de la
Misa.
II. Los mismos
ordinarios de lugar tienen facultad para permitir que los sacerdotes dedicados
al sagrado ministerio puedan designar una persona idónea que, en caso de
verdadera necesidad, distribuya la sagrada Comunión «ad actum».
III. Los ordinarios de
lugar podrán delegar esta facultad en sus obispos auxiliares, vicarios
episcopales y delegados episcopales.
IV. La designación de
la persona idónea, de que se habla en los números I y II, se hará teniendo
presente el siguiente orden, que puede ser cambiado, sin embargo, según el
prudente parecer del ordinario del lugar: lector, alumno de Seminario Mayor,
religioso, religiosa, catequista, fiel varón o mujer.
V. En los oratorios de comunidades
religiosas de ambos sexos, el encargo de distribuir la sagrada Comunión en las
circunstancias enumeradas en el número 1 puede confiarse obviamente al superior
que carezca del Orden Sagrado, o a la superiora, o a sus respectivos vicarios.
VI. Si se dispone de
tiempo suficiente, conviene que la persona idónea escogida individualmente por
el ordinario de lugar para la distribución de la sagrada Comunión, y la persona
elegida para el mismo fin por el sacerdote que tenga facultad, conforme a lo
dicho en el número II, reciban el mandato de acuerdo con el rito anexo a esta
Instrucción, y que distribuyan la sagrada Comunión ateniéndose a las normas
litúrgicas. Como estas facultades han sido concedidas únicamente para el bien
espiritual de los fieles y pensando en casos de verdadera necesidad, tengan
presente los sacerdotes que tales facultades no les dispensan del deber de
distribuir la Eucaristía a los fieles que legítimamente la pidan, y en modo
particular de llevarla y darla a los enfermos. El fiel designado ministro
extraordinario de la sagrada Comunión y debidamente preparado deberá
distinguirse por su vida cristiana, por su fe y sus buenas costumbres. Se
esforzará por ser digno de este nobilísimo encargo, cultivará la devoción a la
sagrada Eucaristía y dará ejemplo a los demás fieles de respeto al Santísimo
Sacramento del Altar. No será elegido para tal oficio uno cuya designación
pueda causar sorpresa a los fieles.
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