DECÁLOGO DE
LA VIDA EN LA EXPERIENCIA DE MUERTE.
2.” Me he
hecho compasivo”.
Antes me
dolían cosas, las muy mías; ahora, ante el dolor, no puedo pasar de largo,
cualquier dolor me llama y quiero estar junto a él; se ha desarrollado en mi
persona la verdadera compasión; deseo estar junto a los que sufren y ser
alivio, compartiendo su camino y su carga; cuando lo hago, la compasión me cura
y me sana, sobre todo, me consuela. El dolor es un dolor para el encuentro y
para la fraternidad, para el amor para la compasión, Solo la compasión nos hace
felices; sin compasión no hay alegría, ahí está la perfección de Dios. “Sed
compasivos como vuestro Padre celestial es compasivo” Lc 6,36
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