EL TAÑER DE LAS CAMPANAS, SU SIGNIFICADO, SU NOMBRE, SU FUNCIÓN.
PRIMERA PARTE.
El tañer de las campanas eran el reloj de mano de nuestros
abuelos, por el toque sabían en que hora vivían. Las campanas eran el sistema
de alarma cuando había un peligro. Las campanas eran el despertador y su toque
ponía fin al día. Reunían a los vecinos a las asambleas y anunciaba las
fiestas. Como veis todo un sistema de comunicación a distancia sin cables.
Como todo sistema de comunicación tiene un código, tantos
toques es esto, a tal velocidad es aquello, si va más lento lo otro. Este
lenguaje era aprendido por los niños desde pequeños.
Explicar cuáles son los toques de campanas es algo difícil
de hacer por escrito. Veamos, primero hay que diferenciar entre los sones que
corresponden a las autoridades religiosas y los toques que eran responsabilidad
de la autoridad civil.
Había toques a la oración. Primero para los mojes en los
monasterios de la edad media y luego en las parroquias mascaban el tiempo. El
inicio del día, su mitad y su fin.
Había toques civiles. Eran responsabilidad del concejo.
avisaban a fuego, a perdidos, a agrupación de ganados comunales, al propio
concejo, invasión, llegada del señor, etc.
Toques para misa o días festivos. Todo un calendario laboral
con los días festivos a lo largo del año.
Toques de difuntos. Avisan de la pérdida de un miembro de la
comunidad e incluso podía saberse si era hombre, mujer o niño, en algunos
lugares también se señalaba la clase social. como las revistas del corazón.
Toques de protección contra las tormentas. Se realizaban
toques para evitar que las tormentas llegaran con fuerza o evitar su presencia.
Hoy tenemos las alarmas por colores.
Toques extraordinarios. Cuando iba un obispo de forma
pública a una iglesia, cuando llegaba el rey o el emperador. Nunca para el
señor temporal. Si se celebraba en la ciudad un Sínodo diocesano, estaban
obligadas a tocar todas las campanas la víspera. Otros toques. Estos estaban en
función de las distintas costumbres de los lugares disponiendo cada uno de su
propios sones específicos.
Había también momentos en los que las campanas tenían que callar. Desde el Jueves Santo hasta el Sábado Santo. También cuando las ciudades quedaban castigadas sin entierros eclesiales o culto por haber quedado en entredicho. A esto se le llamaba “tiempo de entredicho”. A veces una campana tañía para recordar a la población la desgracia en que había caído.
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